Capítulo 17

A media noche en Iffole, mientras todos dormían, un hombre y una mujer paseaban.

Estaban en la plaza donde el Golem de arcilla había causado estragos esa tarde. El símbolo de la zona, la puerta de cristal, aún estaba en ruinas. Parecía el resultado de una zona de guerra.

No. Un jefe de incursión estaba causando estragos en medio de la ciudad. Deberíamos estar agradecidos; es milagroso que este sea el alcance del daño.

Glen Garia se acarició la barba mientras contemplaba la plaza, débilmente iluminada por una sola farola sobreviviente.

«Así que el Verdugo apareció aquí».

«Sí, eso es lo que he oído», respondió su secretaria privada, Fili, que estaba a su lado. Tenía un moño apretado y gafas con bordes plateados. Frunció el ceño con evidente disgusto y luego se ajustó las gafas. «Por supuesto, Jade de Silver Sword también estuvo. Pero ¿por qué todos se centran tanto en el Verdugo cuando ni siquiera pueden estar seguros de que exista? Muchos atacantes talentosos de primera línea están registrados en el gremio».

«Bueno, es porque están ocultando algunas posibilidades increíbles».

«…¿Te refieres a las habilidades Dia?»

«Todavía no lo sabemos. No sin conocerlos en persona. Pero vale la pena averiguarlo con seguridad, y en este momento, comparto la misma opinión que Jade. Me gustaría traerlo a Silver Sword».

Fili respiró un pequeño suspiro resignado. «…Si lo dices, entonces no discutiré… Maestro del Gremio».

Glen Garia, para ser más preciso, la máxima autoridad del Gremio de Aventureros, el maestro del gremio, curvó los labios en una sonrisa burlona.

«Heh, has cometido un error, Verdugo. Estoy agradecido de que hayas protegido Iffole, pero ahora que te has mostrado, tu suerte se ha agotado… No te resientas contra mi habilidad».

Glen levantó una mano y declaró en la oscuridad de la noche, «Activar Habilidad: Sigrus Chronos».