Girumasu – Capítulo 9

Capítulo 9

A la mañana siguiente, Alina despertó al sonido de los pájaros cantando. La luz de la mañana se derramaba por la ventana, iluminando suavemente la habitación. Se levantó de la cama, abrió las ventanas e inhaló el fresco aire matutino. A lo lejos se veían filas de techos naranjas y la torre del reloj. La adormilada ciudad estaba cobrando vida de repente.

A pesar de esta estimulante vista matutina, su estado de ánimo era sombrío.

«…Me han descubierto…», murmuró en la quietud, dando un suspiro pesado que negaba el aire fresco de la mañana.

¿Qué hago…? ¿Debería haberlo hecho sufrir un poco para callarlo…? Pero espera, si le doy una paliza a alguien tan importante en el gremio, ¿no acabaré siendo despedida de todas formas…?

Después de reflexionar sobre estas medidas violentas, Alina entró en pánico y sacudió la cabeza. «¿Qué debo hacer…?»

Volvió tambaleándose hacia su cama como si fuera atraída por ella, cayendo en ella con un golpe.

«¡Aaaghhh! Odio esto…», dijo, enterrando su rostro en las sábanas mientras sus frustraciones se desbordaban.

«No quiero hacer nada, Quiero escaparme de la realidad, No quiero ir afuera, ¡Quiero quedarme encerrada en casa para siempre …!»

Alina agitaba sus extremidades como un niño mientras expresaba sus sentimientos sinceros y sin tapujos.

Aunque la zona donde vivía no era el distrito más lujoso de la ciudad, al menos era un barrio residencial tranquilo; no se podía vivir en un lugar así con los ingresos de una aventurera novata. Aquí no tenía tanques insistentes ni clientes con los que lidiar. No había montañas de documentos. Ni relaciones molestas. Sin horas extras. Era el paraíso en la tierra, donde podía pasar el tiempo como quisiera. Era su oasis, el único lugar donde relajarse.

«Ah… quiero estar tirada en casa para siempre…»

A pesar de tener solo diecinueve años, Alina pudo obtener un préstamo gracias a lo estable de su carrera como recepcionista. Pudo pedir una suma considerable a un prestamista y realizar la compra de alto valor de una casa, es decir, adquirió el paraíso que era su propio hogar. ¡Viva por ser recepcionista! Ser aventurera era un trabajo inestable, especialmente porque nunca sabías cuándo serías tu último aliento. Obviamente, esta falta de confiabilidad significaba que conseguir un préstamo o pedir prestado dinero estaba fuera de discusión. No podía seguir ese camino.

«Ser recepcionista realmente es lo mejor… ¡No me van a despedir…!»

Alina enterró su rostro en las sábanas, soplando en ellas para fortalecer su resolución

※ ☆ ※ ☆ ※ ☆ ※ ☆ ※

Desde que las Ruinas Subterráneas de Belfla fueron despejadas, Iffole Counter debería estar en paz ese día, pero entonces él apareció en la oficina de misiones.

«¡Jade! ¿Qué puedo hacer para ser un tanque mejor?»

«¡Por favor, firma mi arma!»

«¿P-puedes estrecharme la mano…?»

Solo pasaron unas pocas horas desde que las ventanas de recepción se abrieron en Iffole Counter, pero el lugar ya estaba lleno de aventureros. Un grupo anormalmente grande de personas se reunieron alrededor de una de las mesas incorporadas. En el centro de ese grupo, rodeado de aventureros, estaba un joven con una gran hacha clase reliquia, Jade Scrade.

«…»

Alina hizo todo lo posible por no prestar atención a la multitud mientras procesaba de manera impasible misiones en su ventana de recepción, pero las voces agudas que volaban desde atrás la pusieron de mal humor.

«¡Ahhh… Jade sigue siendo tan guapo como siempre…!»

«Si saludo, ¿crees que me devolverá el saludo…?»

«¡Oh, se volteó hacia acá! ¡Me miró!»

Las otras recepcionistas se juntaron alrededor de la ventana de Alina, que estaba más cerca de Jade, y lo miraban apasionadamente. Eso significaba que la ventana de recepción de Alina era la única que funcionaba. A pesar de ser hora de trabajo, sus colegas parecían por salir al vestíbulo en cualquier momento, parloteando aguda y frenéticamente entre ellas. A Alina no le gustaba cómo estaban dejando de lado el trabajo, pero esos sentimientos palidecían en comparación con lo irritada que estaba con Jade.

Por qué… ¿todavía está aquííííí…?

Jade fue la primera persona en llegar a Iffole Counter, insistiendo en que estaba haciendo una «encuesta sobre la Verdugo», y había estado sentado allí desde entonces. Los otros aventureros rodearon a Jade de Silver Sword tan pronto como lo notaron, y la noticia de que estaba en Iffole Counter se extendió en un abrir y cerrar de ojos. Ahora la oficina de misiones estaba abarrotada de aventureros, y ni siquiera era mediodía.

«…»

Alina frunció el ceño y miró por la ventana. El reloj de la torre que se encontraba más allá de las filas de tejados anaranjados estaba a punto de dar las doce del mediodía. Apúrate y suena ya. No podía esperar a que comenzara su hora de almuerzo. Necesitaba alejarse de este lugar rápidamente.

«¡Jade! ¡Almorcemos juntos!»

Entonces, finalmente sonó la campana del reloj de la torre, y las recepcionistas instantáneamente saltaron lejos de sus ventanas, abriéndose paso entre los otros aventureros para reunirse alrededor de Jade.

«Quítense del camino, ustedes.» Una voz tranquila y digna reprendió a las recepcionistas que se apresuraban hacia Jade. Era Sulie.

En el momento en que descubrió que Jade estaba en Iffole Counter, se tomó la molestia de retocarse el maquillaje y arreglarse el cabello. Ahora más hermosa que nunca, Sulie se acercó a él con plena confianza.

«Seré yo quien hable con Jade… Oh ¿Jade?»

Pero ya se había ido.