Capítulo 16
Estaba soñando.
Lululee se encontraba en un profundo y oscuro bosque, parada frente a dos cadáveres.
Uno era un mago negro. Todo su brazo, varita incluida, había sido arrancado, y su cuello estaba torcido en la dirección equivocada. El otro era un espadachín, extendido sobre la raíz de un árbol. Su armadura y estómago desgarrados. Todo su cuerpo rojo de sangre y sus ojos vacíos.
«¿Por qué…?» La voz del tanque tembló por el resentimiento. Le faltaba el brazo derecho y tenía los colmillos al descubierto. «¿¡Por qué no nos curaste…?!»
Se volvió hacia Lululee, revelando que la mitad derecha de su rostro había sido excavada con laceraciones de aspecto doloroso. Su oreja derecha había sido cortada y su ojo derecho había sido sacado, con sangre aun brotando de él.
La cara de Lululee estaba pálida por la confusión, y todo lo que pudo hacer fue disculparse. «Lo siento, lo siento, lo siento…» Ni siquiera trato de excusarse a sí misma, como: No, intenté curarte adecuadamente. Quise salvarte. Pero esta situación era desesperada…
Aiden continuó culpándola. «¡Tú eres una…!»
Asesina.
La voz que la maldecía se convirtió en la de otro hombre.
Levantó la cabeza sobresaltada para encontrar a Aiden desaparecido, un hombre con cabello plateado en su lugar. Ella lo conocía. Era su confiable líder, un hombre que se preocupaba por sus aliados.
Pero entonces, sin ninguna advertencia, su cabeza se le cayó de los hombros con un golpe sordo.
«¿¡Eek…?!»
Ese trozo de carne se estrelló contra el suelo, y más allá había más cuerpos.
Ese era el mago negro pelirrojo que siempre se burlaba de ella. Y esa recepcionista que siempre se quejaba de las horas extra, pero a su vez era más fuerte que nadie.
«¡…..!»
Eran todas caras conocidas, personas que quería proteger. Pero todos ellos estaban cubiertos de sangre y dejaron de respirar.
Asesina.
Yo los maté.
Yo hice…
※ ☆ ※ ☆ ※ ☆ ※ ☆ ※
Faltaban tres días para el Festival del Centenario.
Con el gran evento acercándose rápidamente, los ciudadanos ya comenzaban a instalar puestos callejeros en las calles de Iffole. Las decoraciones para el festival ya eran perfectas, y si no lo supieras, parecería que el festival podría comenzar en cualquier momento.
Pero mientras Lululee caminaba por las alegres calles de Ifole, su expresión era pesada. El ajetreo de la ciudad no conmovió su corazón. Estaba demasiado obsesionada con la horrible pesadilla que había tenido esa mañana.
Después de caminar en silencio hacia las puertas principales de Iffole, Lululee finalmente se decidió y habló con Lowe, que estaba a su lado.
«U-um.»
«¿Hmm?»
«¿…No vas a preguntar?»
«¿Preguntar qué?»
«Um, sobre… um… yo siendo una asesina…»
«Ahh.»
El recordaba como Aiden la había estado llamando así el otro día en el Bosque de la Eternidad, pero nadie se atrevió o intento preguntar a que se refería con eso. Seguramente estaban tratando de ser amables, pero eso solo lo hacía más doloroso para Lululee, hasta el punto en que prefería que la interrogaran al respecto.
Y así, incapaz de soportarlo más, Lululee lo mencionó ella misma.
Pero Lowe solo miró sin interés a las multitudes en la calle mientras respondía con desinterés: «En realidad no. No me importa.»
«…»
«Estoy más preocupado por saber para qué nos llamó nuestro líder tan de repente… Me pregunto, ¿crees que me va a echar de Silver Sword porque estoy desmotivado?»
Lowe parecía tan desinteresado en su pasado que Lululee se sintió un poco malhumorada por ello, pero le respondió con seriedad. «…Dijo que era entrenamiento especial.»
«¿Eh? No escuché nada de eso.»
«Dijo que va a hacer un entrenamiento especialmente peligroso, así que quiere que estemos con él. Simplemente no estabas prestando atención.»
«¿Eh, en serio? ¿Qué está tratando de hacer esta vez…? Y yo aquí pensando que se suponía que iba a estar en cama durante los próximos dos meses…»
«…»
Al parecer Lowe genuinamente indiferente sobre el pasado de Lululee, desde el fondo de su corazón.
¿Qué diablos? ¿No es eso un poco frío? Aunque hervía de ira por la indignación de todo, todavía tenía miedo de que la interrogaran en detalle, así que cerró la boca.
Pasaron por las puertas principales y salieron a la calle. Como era de esperar, el lugar estaba lleno de gente yendo y viniendo para prepararse para el Festival del Centenario. Mientras muchos comerciantes, viajeros, aventureros y sus carromatos❮08❯ cubiertos entraban en Iffole uno tras otro, Lululee y Lowe se subieron a un carruaje. Le dijeron al conductor que su objetivo era la sede del gremio, le pagaron y se pusieron en camino.
Sentados uno frente al otro, Lululee y Lowe observaron el paisaje por las ventanas y permanecieron en silencio. Pero justo cuando empezaron a escuchar el ruido de los cascos…
«¡Lo que dijo Aiden era verdad!» Lululee gritó, finalmente poniéndose de pie.
«Whoa, me asustaste.» Lowe, que había estado mirando por la ventana, abrió mucho los ojos ante la brusca declaración de Lululee. «¿De qué se trata esto de repente?»
«¡Hace mucho tiempo, cuando aún era una aventurera principiante, Aiden era el tanque en mi primer grupo! ¡Eso fue cuando era una novata, antes de que se manifestara mi habilidad Sigurth!» Lululee declaró todo de una vez, con la cara roja.
Su miedo a que se le expusiera el pasado se había evaporado por completo; ahora solo quería que Lowe la escuchara. No, no era del todo correcto: era que ocultar su pasado le dolía más.
Ahora Lowe era el que se estaba poniendo nervioso. «B-bien, bien, ¿de verdad quieres que te escuche? Te escucharé, así que siéntate, ¿de acuerdo?»
«…» Con las mejillas infladas en un puchero, Lululee se volvió a sentar agresivamente en el asiento como le habían dicho, desviando la mirada mientras hablaba rápidamente. «¡N-no es como si quisiera que me escucharas…! Solo, um, ya que me llamaron asesina, ¡pensé que tenía que ofrecer una explicación adecuada…! En realidad, ¿la curiosidad no te vencería en momentos como estos y me lo preguntarías? ¡¿Por qué diablos me ignoras?! ¡¿Me odias?! ¡¿Estás tan desinteresado?! ¡¡¡Sera mejor que escuches mi historia!!» Los sentimientos de Lululee explotaron en Lowe mientras estallaba en lágrimas con un «wahhhhh».❮09❯
Lowe se congeló, cada vez más sorprendido. Su reacción tenía sentido. Incluso si Lululee lloraba con facilidad, el hecho de que hubiera empezado a gritar como una niña repentinamente era bastante extraño. Lowe la consideraba la persona más sensata del grupo.
«Uh, no es como si te estuviera ignorando,» dijo. «El líder y yo evitamos preguntar porque no nos importa lo que digan de ti…»
«¡A mí me importa!»
«Lo entiendo, así que te escucharé, te escucharé. Quiero decir, ¿cuéntamelo?»
«…»
Aunque se sentía un poco molesta por ser consolada como una niña, Lululee respiró hondo y luego comenzó a contar su historia en un débil murmullo.
«…Un día… nuestro grupo de novatos llegó a una sala de jefe más rápido que nadie por primera vez. La mazmorra no tenía muchos pisos, así que nos alegramos… Y luego continuamos adelante para desafiar al jefe del piso sin pensar.»
El resultado fue una derrota aplastante.
Su tanque, Aiden, no pudo mantener el agro del enemigo, por lo que el jefe del piso rápidamente comenzó a atacar a sus atacantes y a Lululee. En la confusión de la batalla, tanto su vanguardia como sus atacantes a distancia en la retaguardia resultaron gravemente heridos. Pero en ese momento Lululee aun no manifestaba su habilidad Sigurth, y no era muy buena en magia, por lo que no tenía la capacidad de salvar a ambos.
Así que se vio obligada a tomar una decisión: abandonar a uno de los miembros de su grupo.
«Pero no pude elegir entre ellos… así que cure a los dos a medias…»
El tiempo que perdió dudando sobre la decisión tuvo un resultado devastador. Aiden terminó perdiendo el ojo derecho y el brazo izquierdo, y su vanguardia y atacante a distancia perdieron la vida.
«Ahh… ya veo, entonces eso es lo que quiso decir cuando te llamó «asesina» .»
Lowe parecido entender la situacion, pero su voz aún sonaba completamente plana.
«Desde el punto de vista de Aiden, no pude lanzar una sola curación cuando mis aliados estaban en problemas, lo que le costó un brazo. No es de extrañar que me llame asesina.»
«…Hmm.»
Lowe frunció el ceño y se rascó el pelo rojo mientras suspiraba.
«Eso es como, bueno, tal vez no eras lo suficientemente poderosa. Pero si el grupo se estaba desmoronando para empezar, entonces la culpa también recae en el tanque por no mantener la atención del enemigo y en los atacantes por no superar al enemigo. ¿Pero él te está echando toda la culpa? Me desanimaría bastante si honestamente pensara de esa manera.»
«B-bueno, pero aun así es cierto que el sanador tiene mucha responsabilidad…»
«Si empiezas a discutir sobre quién es responsable de una derrota, nunca terminará. Incluso si los miembros del grupo mueren, nunca lo conviertes en la culpa de nadie… Esa es la regla no escrita de la aventura. Hay un límite para lo que la gente puede hacer. Si tienes múltiples malas condiciones, entonces no importa si eres un novato o un veterano, aún terminarás muerto. Deberías estar preparado para eso como un aventurero.»
«E-eso es cierto, pero…» murmuró Lululee en voz baja, aún sin estar convencida. Había algunas cosas en el mundo que no podían ser explicadas racionalmente. Lululee en verdad lograba comprender los sentimientos de Aiden, y en cómo se aferraba a ser un tanque incluso después de perder un brazo.
A su modo de ver, había perdido su ojo y su extremidad por razones injustas. Necesitarías una fuerza inimaginable para tragarte toda esa ira y resentimiento y seguir adelante. Para Aiden seguir como tanque tenía que ser una forma de venganza contra Lululee.
«No soy más que una sanadora con una habilidad poderosa. Por mi cuenta, no valgo nada…» comenzó a decir Lululee antes de cerrar la boca rápidamente. Si decía algo así, Lowe sabría que solo era una sanadora sin talento con una habilidad elegante.
«¿Una habilidad que te sigue curando automáticamente una vez que se te confiere? Esa es una habilidad Sigurth increíble.»
Jade se había sorprendido por la habilidad de Lululee después de que se presentara el día en que la seleccionaron para ser la sanadora de Silver Sword.
Pero eso no era nada nuevo. La manifestación de Sigurth Revive por parte de Lululee había transformado por completo la forma en que la gente la veía. La gente la reevaluaría por completo después de que ella lo explicara, diciendo: Vaya, eso es increíble. Pero Lululee no había podido aceptar ese elogio. Ella no adquirio la habilidad a través del esfuerzo; Dios simplemente se la concedió en bandeja de plata.
«…» Lowe observó a Lululee por un tiempo mientras dudaba en hablar, luego se acercó lentamente para revolverle el cabello.
«¡¿Wahhh?!»
«Bueno, si un perdedor no puede dejar de traer el pasado y te llama asesina, no te preocupes por eso. Creo más en lo que te he visto hacer que en lo que él tiene que decir.»
«…» Con el cabello aún revuelto, Lululee miró hacia abajo en silencio por un rato.
Para un tipo que siempre estaba haciendo bromas frívolas, Lowe en realidad vigilaba de cerca a sus aliados, tal como lo había hecho en esa pelea contra el dios oscuro hace un mes. Tal vez se percató de todas las preocupaciones de Lululee.
Pero a él en verdad no le importaba lo que había dicho Aiden, en el buen sentido. Eso era, en otras palabras, también una prueba de la confianza que Lululee había construido con ellos como miembro de Silver Sword.
Entonces debería dejar de preocuparse y seguir como siempre lo hacía.
No debería haber nada que la asustara.
No debería haberlo habido, pero…
«¿Qu-qué diablos?» Lululee se enfurruñó. «Me estás haciendo sonar como una idiota por preocuparme por esto.»
«¿Ehhh, entonces te preocupas por las cosas?»
«¡Lo hago!»
Lululee hizo un puchero, apartando la cabeza e inflando las mejillas mientras Lowe se reía burlonamente. Esto era tan normal para ellos, que se sentía fuera de lugar.
«Yo lo hago…»
Pero, aun así, no, precisamente por lo normal que se sentía esto, los sentimientos turbios en su corazón solo se amplificaron.
¿Está bien que esté aquí?
¿No era inevitable que traicionara la confianza de sus compañeros de grupo y los decepcionara algún día? Su reencuentro con Aiden había puesto de relieve el malestar que se había metido en su cabeza desde su batalla con el dios oscuro. Cuanto más lo pensaba, más se hundía, extendiéndose e hinchándose.
«…»
Pero llorar más con Lowe de lo que ya lo había hecho sería molesto. Con un silencioso agradecimiento, Lululee dirigió su mirada hacia las frías puertas de la sede del Gremio de Aventureros, visible desde la ventana.
¿No era inevitable que se volviera a convertir en una asesina?
Lululee tenía un miedo insoportable a eso…