Capítulo 23

Después de que Jessica la jefa del Gremio de informantes, se marchó, Glen se sentó solo en la oficina, contemplando en silencio el libro que acababa de adquirir—no, la misión secreta.

Luego se escuchó un repentino golpe en la puerta. Después de esperar la respuesta de Glen, entró su secretaria privada Fili.

Su rostro estaba inexpresivo y desapasionado como siempre. Llevaba gafas funcionales con montura plateada, el cabello recogido prolijamente sin un mechón fuera de lugar, y su uniforme impecable. Ni siquiera arqueó una ceja cuando miró la misión secreta en las manos de Glen, limpiando hábilmente la taza de plata que Jessica había vaciado.

No solo era su secretaria privada, sino también una guardaespaldas de primera clase encargada de proteger al jefe del gremio. Ella nunca haría ningún comentario sobre el comportamiento del hombre al que custodiaba, y tenía un control total para evitar que las emociones y sentimientos personales interfirieran con esto.

«¿Qué vas a hacer con ese tomo?» preguntó ella.

«Lo voy a poner en la capa más profunda del laberinto subterráneo, en el almacenamiento subterráneo de libros. Voy para allá ahora mismo.»

«Entendido. Haré los arreglos de inmediato, así que por favor espere aquí.» Eso fue todo lo que dijo Fili antes de salir de la oficina.

«…Pero maldición…»

Escuchando el sonido de los pasos de Fili alejarse mientras se quedaba solo de nuevo, Glen se rascó la cabeza. Suspiró mientras miraba el brillo dorado del libro en sus manos.

La más leve de las sonrisas jugueteó en sus labios. «No puedo creer que lo haya encontrado tan fácilmente.»

Estaba agradecido de que Jessica hubiera venido a negociar primero con el Gremio de Aventureros. Bueno, este era el fruto de seguir siendo el cliente número uno del Gremio de informantes y mantener una relación cuidadosamente construida con ellos. Ocasiones como esta eran la razón por la que el Gremio de Aventureros se mantenía en las buenas gracias del Gremio de informantes.

«Lo desenterraron en poco tiempo. Los Brokers son de primera categoría en estos días… Son mucho más útiles que esos aventureros que se creyeron ese rumor al menos.»

Sin embargo, Glen había previsto que tal osa tomaría más tiempo. ¿De verdad alguien lo encontró por casualidad y luego se lo vendió a un Broker por una suma considerable? Honestamente, prefería que un aventurero hubiera descubierto la cosa y asumiera la misión él mismo. De esa manera, Glen quizás habría evitado ser estafado por Jessica. Bueno.

«… He encontrado una misión secreta. Ahora solo queda lidiar con el dios oscuro.»

El ceño fruncido de una chica se alzó en su mente, el de una recepcionista en particular, que estaba esperando con ansias el Festival del Centenario.

El evento comenzaría mañana. Los dioses realmente deben odiar a esa chica para que se encontrara una misión secreta ahora, de todos los tiempos.

«Parece que volveremos a contar contigo, señorita.»