Capítulo 30
Los hombros de Lululee se desplomaron con tristeza mientras Lowe la tomaba de la mano, caminando en silencio a través de la prisión subterránea.
Habiendo terminado ese miserable reencuentro con Aiden, usaron la puerta de cristal rojo para regresar a donde estaba el vigilante de la prisión subterránea. Lowe prácticamente la estaba arrastrando a la fuerza, pero estaba claro que no tenía sentido que Lululee y Aiden se vieran más. Además, tampoco se sentía bien ver a su amigo siendo abusado verbalmente.
«Vámonos, Lululee. Podemos ir al festival mañana.»
«…Está bien,» respondió ella, con voz débil y apagada. No era de extrañar, considerando su personalidad. Lowe se esperaba que las cosas salieran así, pero aún estaba increíblemente molesto mientras maldecía a Aiden en su cabeza.
En serio, ¿cuál es su problema…? ¿Solo se está desahogando con ella…?
Tal vez le arranque el otro ojo…
Justo cuando estaba entretenido vagamente con esos pensamientos violentos, sucedió. Un estremecimiento recorrió la prisión subterránea.
«¡Guau…!»
Lululee se tambaleó de inmediato y Lowe la atrapó, frunciendo el ceño. El temblor solo duró un instante antes de asentarse rápidamente, soltando un poco de polvo del antiguo techo del laberinto.
«¿Qué fue ese ruido? ¿Fue de la ciudad…?» preguntó Lowe.
«¿Pasó algo en el festival?»
«Vamos a…» Lowe estaba a punto de decir «vamos» cuando de repente, un escalofrío le recorrió la columna vertebral.
«¿Lowe?»
Al ver que el mago negro se había detenido de repente, Lululee ladeó la cabeza. Lowe estaba paralizado, incapaz de responder. Eso se debía a que había escuchado un zumbido bajo detrás de él. La puerta de cristal rojo emitía ese sonido cuando funcionaba.
Su corazón palpitaba con fuerza. Mientras Lululee le lanzaba una mirada inquisitiva a Lowe, él la puso detrás de su espalda y se giró lentamente.
Un hombre apareció de la puerta de cristal rojo. Era un aventurero de mediana edad con un aire afable que parecía no hacerle daño a una mosca —ese rostro familiar pertenecía a Heitz, la persona que había estado difundiendo el rumor por el Bosque de la Eternidad.
«¿Oh?» La mirada de Heitz se encontró con la de Lowe, pero no se inmutó en absoluto, torciendo la cara con una falsa sorpresa. «Me has pillado en un mal momento.»
«¿Por qué… estás… aquí…?!» La voz de Lowe estaba ronca.
Esta era una situación diferente a la de su encuentro en el Bosque de la Eternidad. Necesitabas un permiso para entrar a la prisión subterránea. Incluso un aventurero ordinario no debería haber podido entrar aquí, y mucho menos los aventureros a los que deberían haberles quitado las licencias por sus malas acciones.
«¡Vigilante! ¿Por qué lo dejaste pasar?!» Lowe le gritó al carcelero de la prisión subterránea, que seguía allí a un lado como una máquina incluso ahora. «¿Acaso no les quitaron las licencias a estos tipos?»
«Tenían permiso. No comprobamos si los visitantes tienen licencia o no», fue todo lo que dijo el vigilante robóticamente.
«¿Me estás diciendo que los dejaste pasar…?!»
Confundido, Lowe miró a los dos hombres que aparecieron detrás de Heitz. Había un aventurero silencioso con los labios apretados y un hombre con un ojo y un brazo. Era Aiden, que hasta hace un momento había estado en una de las celdas subterráneas.
«¡A-Aiden…?!» Lululee gritó en voz baja en estado de shock.
«¿¡También tienes permiso para sacar a un prisionero de aquí…?!?» dijo Lowe.
«Me ordenaron liberarlo», dijo el carcelero.
«¡De ninguna manera!», gritó Lowe. «¿Realmente lo comprobaste? De ninguna manera el gremio daría ese—»
«No estás en posición de saber la respuesta a esa pregunta. Solo sigo órdenes y dejo entrar a las personas con permiso.»
«¡…!»
«Así es, Sr. Silver Sword. ¿Pero no debería estar más preocupado por esto?»
Heitz sostenía un tomo antiguo, pero no era un libro cualquiera. Estaba repleto de caracteres dorados que no combinaban con la encuadernación, y emitía un brillo pálido en la oscuridad de la prisión subterránea.
Lowe abrió los ojos como platos y se le cortó la respiración. «¿Una… misión secreta…?!»
Había escuchado de Jade que las misiones secretas estaban escritas en letras doradas.
«Fuimos a buscar esto prestado del almacén de libros subterráneo del gremio. Oh, deberían habernos dicho que lo habían encontrado. Es tan injusto de su parte esconderlo en silencio en las profundidades de la tierra.»
Sin darles tiempo para detenerlo, Heitz abrió el libro casualmente.
«Alto…»
Un destello deslumbrante, y los caracteres dorados volaron por el aire.
Detalles de la Mision
RANGO DE AVENTURERO DESIGNADO: N/A
LOCALIZACIÓN: EL BOSQUE DE LA ETERNIDAD
CONDICIONES DE LOGRO: DERROTAD A TODOS LOS JEFES DE PISO.
EL DADOR DE LA SOLICITUD NO SE INDICARÁ.
FIRMA DEL RECEPTOR ABREVIADO.
RECEPCIÓN DE LA MISIÓN RECONOCIDA SEGÚN LO ANTERIOR.
«¡¿El Bosque de la Eternidad…?!»
Los términos familiares para recibir una misión estaban en dorado. Lowe frunció el ceño ante la misión.
Los caracteres se desvanecieron silenciosamente en el aire. Pero era seguro que los caracteres dorados que se desplegaban en el aire decían: «El Bosque de la Eternidad», la mazmorra de rango C donde muchos aventureros principiantes acampaban por primera vez.
Pero ahora habían tomado la misión. La mazmorra oculta había aparecido.
«¡Tú…!» Con los dientes apretados, Lowe fulminó con la mirada a Heitz. «¿De verdad crees que puedes conseguir una habilidad Dia?»
«Es por eso que hemos llegado tan lejos, no, no es del todo correcto. Para ser más precisos, la reliquia no es una que te pueda dar una habilidad Dia, sino una reliquia especial que contiene habilidades Dia, conocida como un dios oscuro.»
¿¡E-él sabe de los dioses oscuros…?!
«Bueno, si hubiéramos mencionado dioses oscuros, entonces nadie buscaría misiones secretas para nosotros, así que dramatizamos un poco las cosas. ¿Quizás fuimos demasiado lejos con eso? Los aventureros perdieron el control por un tiempo. Bueno, al final nos encontraron una misión secreta, así que supongo que incluso los incompetentes pueden lograrlo, con un poco de persuasión.»
La fina sonrisa en el rostro de Heitz contrastaba fuertemente con la consternación de Lowe. A pesar de que el hombre sabía de los dioses oscuros, no parecía ser consciente de la gravedad de lo que acababa de hacer, ya que se encogió de hombros con indiferencia.
«Ahora bien, ya que me tomé la molestia de aceptar la misión justo delante de ti, supongo que Silver Sword vendrá. A la mazmorra oculta.»
«¿Qué quieres decir?»
«Los estoy invitando a todos. ¿Qué tal si vemos juntos a por el dios oscuro? Depende de ti si vienes o no. Habilidad Activada: Sigurth Mover.»
Heitz activó su habilidad y luego desapareció tras el resplandor rojo. Lowe rápidamente desenvainó su bastón.
«¡Espera! Si revives a un dios oscuro—»
Pero antes de que pudiera activar su magia, la luz se desvaneció y Heitz y su grupo desaparecieron.
※ ☆ ※ ☆ ※ ☆ ※ ☆ ※
Alina se sentó aturdida en un banco de la plaza. El ataque del artista había dejado el lugar casi vacío, y Alina miraba fijamente al vacío como un fantasma. Cuando levantó un poco la barbilla, parecía que su alma se le iba a escapar por su boca entreabierta.
«Festival… cancelado… Festival… cancelado…»
Repitió esas palabras de desesperación con ojos vacíos. Algunos rezagados todavía deambulaban por el recinto confundidos, aunque la mayoría de los visitantes se marcharon huyendo despavoridos. Las únicas personas que quedaban eran borrachos que no podían entender qué pasaba y aventureros con nervios de acero. Con este tipo de alboroto, era imposible que el festival no se cancelara.
La seguridad del gremio había llegado corriendo en algún momento, y por el rabillo del ojo, Alina vio a Jade entregándoles al artista. La cara del artista ahora estaba destrozada. Aunque le quitaron la máscara, su rostro estaba tan hinchado por la paliza que ya era irreconocible. Al parecer, lo iban a interrogar después de que lo curaran. A Alina le hubiera gustado destrozar al hombre cien millones de veces más, pero Jade la había detenido.
«¿Alina, estás viva?» preguntó Jade con torpeza cuando regresó.
Con su cerebro muerto, Alina murmuró en respuesta: «…Estoy muerta…»
«Dicen que van a reiniciar el festival en un rato.»
«¡¿De verdad?!» chilló Alina, aferrándose a Jade.
«Como solo se atacó la plaza y atrapamos al culpable… Aun así, estoy seguro de que no estaría de más cancelar las cosas… Pero eso es Iffole para ti. Un poco de peligro no va a impedir que continúen las festividades.»
«¡Me alegro muuuuuucho!» Todo el cuerpo de Alina se relajó y se desplomó al suelo a los pies de Jade.
«Este es el único día… que estoy agradecida de que Iffole… sea una ciudad de aventureros valientes…»
Unos segundos después, ella ya estaba de pie nuevamente, levantando el puño derecho con los ojos brillantes. «¡Ahora que está todo arreglado, este no es el momento de estar holgazaneando por aquí! Vamos a muchos de los lugares que no hemos…»
«¡Líder!»
Justo cuando Alina recuperó toda su energía, un aventurero pálido corrió hacia ellos.
Era Lowe. Y detrás de él estaba Lululee también. Por alguna razón, los dos estaban completamente equipados para una mazmorra, y Lowe tenía su bastón en la mano.
«Oye, ustedes dos. ¿Por qué están vestidos así?» preguntó Jade.
«¡¡¡Se emitió una misión secreta!!!»
Tanto Alina como Jade parpadearon ante su repentina declaración.
«¿Eh?»
«¿Qué?» Ambos estaban desconcertados.
Lowe, con aspecto de estar al límite, se secó el sudor del cuello mientras les decía apresuradamente: «¡Es Heitz! ¡Robó una misión secreta que el gremio había encontrado y la aceptó! Se supone que la mazmorra oculta está en el Bosque de la Eternidad… Están planeando resucitar a un dios oscuro…»
«¡Me pondré la armadura! ¡Escucharé el resto en el camino!» Jade interrumpió a Lowe, captando inmediatamente la situación y sacando su tarjeta de licencia de aventurero. Luego, se volvió hacia Alina.
«¡Ven con…!» Pero luego Jade se detuvo de repente a mitad de camino. «Espera, no. No vengas.»
«¿Huh? Pero…»
«Has estado trabajando duro todo este tiempo para el festival, ¿verdad?»
Jade le dio una palmada en la cabeza a Alina y no la volvió a mirar. En cambio, fijó su mirada aguda en Lowe y Lululee, diciéndoles en tono serio: «Detendremos a Heitz antes de que resucite a un dios oscuro. Ya los despojaron de sus licencias de aventureros, por lo que no deberían poder usar las puertas de cristal. Si se dirigen al Bosque de la Eternidad a pie, entonces todavía tenemos tiempo.»
«¿Eh? Oye, espera un momento.»
Jade dio la orden enérgicamente y luego caminó a grandes zancadas hacia la puerta de cristal en la plaza. Al quedarse atrás, Alina trató de apresurarse tras él, pero luego se dio la vuelta.
Sus ojos se posaron en las luces del festival, que estaba a nada de reanudarse. Alina tenía derecho a disfrutarlo. Ella trabajo muy duro para ello, desde hacía meses. No, desde antes. Fue abrumada por las horas extra durante el Festival del Centenario de los dos últimos años, por lo que había jurado asistir este año.
Pero mientras Alina observaba a Silver Sword irse, una sensación de inquietud se agitó en su corazón. Si pudieran evitar la resurrección de un dios oscuro, entonces todo estaría bien. ¿Pero y si sucedía lo peor? ¿Y si no volvían nunca?
«Tomaremos la puerta de cristal hasta la sede del gremio, nos equiparemos y saldremos de inmediato. Si un dios oscuro revive como tememos—» Jade se detuvo a mitad de ese comentario. Alina lo agarró de la manga con los dedos, deteniéndolo.
«Yo también voy.»
No estaba arrastrando los pies como lo hacía hace un mes. Ahora sabía lo que era más importante para ella.
«…Alina…» Jade se dio la vuelta para encontrar a Alina, con una expresión de conflicto en su rostro.
Mirándolo directamente a los ojos con fuerza en sus ojos verde jade, Alina dijo: «No quiero que mueran.»
La cara de Jade se torció en frustración por un momento, pero debió haber visto incluso esa vacilación como un obstáculo en su batalla contra el tiempo, porque apartó la mirada y murmuró: «Gracias. Lo siento, Alina…»