Girumasu – Volumen 2 Capítulo 31

Capítulo 31

Jade se equipó en la sede del gremio y luego se dirigió al Bosque de la Eternidad con todos en unos minutos.

Tan pronto como entraron al bosque, Jade desató su habilidad. «¡Habilidad Activada: Sigurth Beast!»

Sigurth Beast agudizó los sentidos de Jade, tanto la vista, el oído y el olfato, más que los de los humanos, permitiéndole buscar enemigos en un área amplia. Una gran cantidad de información le llegó instantáneamente, desde el olor del viento que hacía balancear los árboles hasta el sonido de los pasos de pequeñas criaturas corriendo por las ramas. Y en ese ruido, Jade notó algo extraño.

«Lago Roca Musgosa…»

Este punto de referencia se usaba a menudo como lugar de descanso porque su baja densidad de éter mantenía alejados a los monstruos. Pero ahora había una extraña concentración de eter alli, era denso y, condensado hasta un grado repulsivo.

«Algo está extraño. Vamos.»

Ahora que Lowe lo había puesto al día de todo, Jade corrió hacia el Lago Roca Musgosa mientras consideraba una vez más lo anormal que era esta situación.

Heitz obtuvo permiso para entrar a la prisión subterránea, dejó escapar a Aiden e incluso robó un tomo que contenía una misión secreta del almacén de libros subterráneo… ¿Es eso siquiera posible?

El laberinto subterráneo que el gremio convirtió en prisión tenía otro uso. Habían aprovechado el piso treinta y tres, el nivel más bajo del laberinto, en un almacén de libros valiosos. Contenía tomos que eran demasiado sensibles para ser revelados al público y reliquias peligrosas. Solo el maestro del gremio tenia permiso para entrar. Si fueras a almacenar una misión secreta, ese sería el lugar.

Sin embargo, el almacén de libros subterráneo no lo administraba el carcelero. Debería haber sido imposible que los forasteros entraran allí.

Pero ¿y si…?

De repente, a Jade se le ocurrió una posibilidad desagradable.

Un hombre de piel oscura se le pasó por la cabeza.

Esos ojos hundidos y ese rostro digno surcado de arrugas. Ese físico no menor al de un joven. Una capa con el escudo del gremio ondeando detrás del hombre, cuya personalidad afable contrastaba con su apariencia ruda y del que se decía que era el aventurero más fuerte en su juventud.

¿Glen podría habérselo contado a Heitz…? No… no hay manera… no puede ser… Estoy pensando demasiado.

Esa era una idea demasiado descabellada. Glen no tendría ninguna razón para hacer algo tan tonto.

Lo que significa que esto debe ser obra del hombre de negro…

La persona que le les conto a Rufus y Heitz sobre los dioses oscuros; él era quien movía los hilos tras bambalinas, haciendo que los aventureros buscaran las misiones secretas, tratando de que liberaran a las deidades oscuras. Teniendo en cuenta que había dejado entrar a gente en la prisión subterránea y liberado a uno de sus reclusos, tenía que ser todo menos ordinario.

El hombre de negro… ¡¿Quién es él…?!

Y ahora, una crisis estallaba a partir de lo que deberían ser siples rumores. La sangre de Jade se heló al considerar la naturaleza insondable del hombre detrás de todo. Pero por ahora, dejó esas dudas en el fondo de su mente. Por ahora, tenía que abordar el problema que estaba justo frente a ellos.

Cuando llegaron al Lago Roca Musgosa, era evidente que algo había cambiado.

«Esto es…»

Se había formado un agujero en la roca musgosa, revelando una escalera que descendía bajo tierra. No hacía falta decirlo, pero no estaban allí cuando llegaron hace unos días.

«Glassis.» Lowe congeló el lago, creando un camino hacia la roca.

Deteniéndose un momento frente a las escaleras, Jade investigó con cautela el agujero y las escaleras del interior. Estaba demasiado oscuro para ver adentro, y la presencia de éter mucho más denso que el que flotaba en el bosque se estaba filtrando.

«Incluso con Sigurth Beast, no puedo ver las escaleras que conducen abajo… Parece que llevan bastante lejos. Y el éter también es denso… Definitivamente hay una sala de jefes más adelante.»

«¿Subterráneo…? Pero el Bosque de la Eternidad solo tiene un nivel, ¿me estás diciendo que hay otro?» preguntó Alina.

Jade asintió. «… Un piso escondido… no, tal vez esta área subterránea sea la verdadera mazmorra aquí. Es posible que el éter del Bosque de la Eternidad se haya filtrado de la mazmorra oculta.»

«Vamos», dijo, comenzando a bajar las escaleras. Algo así como la luz de una habilidad brillaba en la pared de la larga escalera, brillando con patrones geométricos. Lowe produjo un orbe de luz para facilitar la vista, pero incluso sin su magia, solo brillaba lo suficiente como para ver claramente el suelo. Finalmente, llegaron a ver el final de las escaleras, donde se detuvieron en…

«¿Es esta… una sala de jefes…?»

La presencia de éter era densa. Un juego de puertas de hierro abiertas de par en par se extendía ante ellos, conduciendo a una cueva misteriosa.

Era un espacio tranquilo y frío, lo suficientemente grande como para rivalizar con los campos de entrenamiento de la sede del gremio. Las paredes eran de piedra desnuda y brillaban con un azul pálido. El agua goteaba del techo alto en forma de cúpula, y había varios charcos en el piso, además de un gran sello mágico que emitía un brillo pálido.

«Vaya, parece que se nos adelantaron», se escuchó una voz detrás de ellos.

Se dieron la vuelta y vieron al grupo de Heitz bajando las escaleras.

Aunque era difícil de creer que Aiden realmente hubiera escapado de la prisión subterránea, Jade finalmente tuvo que enfrentar la realidad cuando vio al hombre seguirlo con indiferencia.

«Veo que se tomaron la molestia de llamar también al Ejecutor. Qué maravilloso.» Heitz dirigió su mirada a Alina, vestida con la capa del Ejecutor.

«Bueno, supongo que no es de extrañar. Si un dios oscuro revive, ni Silver Sword se quedaría sin—»

«¡Imber!» Lowe cantó un hechizo, interrumpiendo los comentarios sarcásticos de Heitz. Olvida las presentaciones, ya no podían dejar que Heitz y su grupo hicieran lo que quisieran.

Lowe había cantado el mismo hechizo de hielo que el artista había usado, pero su versión no era una simple tormenta de granizo. Los innumerables trozos congelados que se manifestaban en el aire obedecían la voluntad de Lowe como un banco de peces, golpeando las extremidades de todos en el grupo de Heitz. Se necesitaba mucha habilidad para dirigir los trozos de hielo de Imber a objetivos específicos.

«¡Cuidado…!»

Todos los miembros del grupo contrario observaron cómo sus brazos y piernas se congelaban ante sus ojos, pero Aiden fue el único que entró en pánico. Por el contrario, Heitz y el hombre de negro no lucharon en absoluto, solo miraron hacia abajo en silencio mientras se congelaban.

«Oh, oh. Nunca había visto un control tan fino de la magia de área de efecto. Tu mago negro sin duda se ha ganado su lugar en Silver Sword. Maravilloso.»

«¡No voy a permitir que revivas a un dios oscuro…!» gritó Lowe.

«Oh, ¿en serio? Pero no puedes deshacerte de nosotros aquí, ya que la resurrección de un dios requiere las almas de los humanos. Sin embargo, nada nos impide matarlos a todos ustedes.»

«Ah… ¿Entonces crees que tienes la ventaja? ¡Ustedes pueden simplemente sentarse allí y congelarse!»

«Habilidad Activada.»

Pero justo antes de que pudieran quedar completamente encerrados en hielo, el hombre silencioso que había estado esperando detrás de Heitz abrió la boca perezosamente por primera vez.

«Sigurth offer.»

El efecto fue instantáneo.

La luz roja de una habilidad Sigurth brilló del hombre. Se escuchó un chapoteo y luego su cuerpo se abrió desde adentro, con todo y el hielo del hechizo Imber. Una sustancia roja pegajosa salpicó toda la cueva, pedazos de carne volando en un desastre pegajoso.

«¡¿…?!» Jade se congeló en estado de shock.

Detrás de él, Lululee soltó un pequeño chillido.

Al mismo tiempo, el grueso hielo que inmovilizaba al grupo de Heitz se desmoronó audiblemente.

«Ohh, esa fue una muerte bastante dramática.» Habiendo escapado de sus ataduras de hielo, Heitz examinó con desapasionamiento los pedazos de carne de su camarada que estaban sentados en un charco de sangre. «Aparentemente, su habilidad anula todos y cada uno de los ataques a sus aliados a cambio de su vida. Sin embargo, tal vez fue un desperdicio usarlo solo para deshacer un poco de magia negra.»

«¿Él… se hizo estallar…?» Lowe palideció, mirando en estado de shock el charco de sangre que seguía extendiéndose.

Al igual que la Sigurth Blood de Jade, Sigurth Offer era una habilidad que podía dar resultados increíbles, siempre que el usuario se dañara a sí mismo. En el caso del hombre silencioso, habría podido cancelar una variedad de habilidades poderosas a costa de su vida.

Pero a Heitz no le importaba eso. Su único objetivo había sido lograr que su seguidor se suicidara.

Para revivir al dios oscuro.

«¿No fue esa una exhibición maravillosa de autosacrificio? No puedo evitar sentir simpatía por haber manifestado una habilidad tan inútil.» El único sonido en el silencio de la cueva era la risa de Heitz.

«¿Q-qué demonios…?» murmuró Aiden, con la voz temblando.

Jade no era el único que palidecía ante la horrible vista. Los ojos de Aiden estaban abiertos de par en par mientras presionaba a Heitz. «¿É-él… se hizo estallar…?!»

«Es tal y como lo ves. ¿Y hay algo malo en eso, Aiden?» Heitz le dirigió una mirada gentil al palidecido aventurero. No, aunque su mirada parecía gentil, estaba silenciosamente loca. «Te lo expliqué antes, ¿no? La resurrección de un dios oscuro requiere un alma humana. ¿No crees que este es el uso más efectivo de su habilidad?»

«¡Tú… tú nunca… me lo contaste…! ¡¿Qué demonios?!» Aiden retrocedió, con el rostro ceniciento. «Dijiste que los dioses oscuros que duermen en mazmorras ocultas te otorgarán una habilidad Dia…»

«Oh, cielos, ¿realmente creíste que existía algo tan conveniente?» Heitz parpadeó con incredulidad.

«¿Qué… qué…?»

«Está bien, me aseguré de tener un trabajo para ti también. Somos ofrendas para el gran dios oscuro. Nos hemos reunido para ser devorados por este ser superior, para que pueda obtener poderes aún mayores. De hecho, también quería traer a Ricaide, el hombre que causó ese incidente en el festival, pero parece que lo arrestaron.»

«¡¿Por qué te esfuerzas tanto para revivir a este dios oscuro?!» gritó Jade, incapaz de soportarlo. «¿Qué sentido tiene todo esto…? ¡Simplemente te matarás!»

«¿Por qué preguntas? Bueno, estoy seguro de que no lo entenderías. Alguien de Silver Sword que logra hazañas espectaculares todos los días con sus increíbles habilidades no entendería a la clase más baja de aventurero, sufriendo en el fondo con habilidades de nivel basura…»

Heitz suspiró y luego continuó: «Mi habilidad, Sigurth Mover, parece conveniente, pero tiene una restricción fatal: no puedo elegir a dónde me envía. Básicamente, solo sirve para huir.» La mirada en los ojos de Heitz era gentil pero empapada de un profundo odio. «Por supuesto, esto era valioso cuando recién comenzaba. Pero una vez que mis aliados subieron de nivel y ya no necesitaron una ruta de escape de emergencia, rápidamente se deshicieron de mí, riéndose todo el tiempo mientras me llamaban un portal de cristal ambulante.»

«¡…!»

«¡Ha, Ha… Ha, Ha, Ha, Ha, Ha! Es gracioso, ¿no? ¡Un portal de cristal ambulante! Qué apodo tan perfecto. ¿Por qué existen cosas como las habilidades en este mundo de todos modos? No puedes elegirlas tú mismo, y no puedes aprender o entrenar con ellas como con la magia. Es pura suerte si obtienes una o no. Si tienes suerte, tendrás una gran vida, pero si la suerte no está de tu lado, no tendrás más remedio que arrastrarte por la basura… ¿Por qué diablos son las cosas así?»

Mientras se tambaleaba sobre sus pies, Heitz abrió los ojos y mostró los dientes en una sonrisa repulsiva. «Cuando me sentía desesperado, un hombre de negro apareció y me dijo algo. Dijo que había dioses oscuros, seres divinos que habitan en esta tierra, ¡y que pueden tomar este mundo basura y devolverlo a la nada…!»

«El hombre de negro—»

«Lo arregló todo por nosotros. Las cosas han ido tan bien, gracias a él. Pensé que si atraía a Silver Sword, entonces el Ejecutor también vendría, y mi presentimiento era correcto. ¡Si puedo acabar incluso con el Ejecutor, entonces nadie podrá frustrar el alboroto destructivo del dios oscuro…! ¡Por primera vez, los dioses estarán de mi lado! Por eso—»

El discurso de Heitz fue interrumpido por un chapoteo sordo.

Un latido más tarde, sus narices captaron el fuerte hedor a sangre.

«¿Huh…?» En medio del silencio, un sonido de desconcierto escapó de los labios de Heitz.

Una linda y pequeña mano había brotado de su pecho, justo donde se encontraba su corazón. Alguien o algo había atravesado su armadura con la mano desnuda por detrás.

La vista anormal dejó a todos sin palabras.

En la silenciosa caverna, Heitz miró la mano por un momento en estado de shock.

Era una forma incoherente de morir, morir tan repentina, todo por un poder sobrehumano, pero Heitz tenía una sonrisa de locura.

«¡El dios oscuro…!!»

La linda mano se retiró de su espalda con un slush, y Heitz se desplomó al suelo. Una fuente de sangre brotó de su cuerpo, tiñendo el área a su alrededor de rojo. Pero a pesar de que el hombre estaba al borde de la muerte, sus ojos seguían brillando con locura. Se giró frenéticamente para poder grabar a fuego la vista del dios oscuro al que adoraba en sus ojos…

…Solo para que un pie pequeño le pisara la cara.

«¡Qué viejo más asqueroso!»

Llegó ese comentario brusco, junto con la risita jocosa de una niña.

Una joven con cabello largo y dorado había emergido de la oscuridad para pisotear a Heitz sin previo aviso.

Pero cualquiera podía darse cuenta de que no era una niña común: enterrada en la base de su garganta blanca como la porcelana había una pequeña piedra que brillaba con un negro inquietante. Llevaba una linda falda con volantes como la de una muñeca, pero una sombra cruel se movía por su rostro mientras miraba a Heitz como a un mero insecto.

Luego levantó las comisuras de sus labios, se lamió la sangre de la mano y pateó a Heitz en la cara. Con un crujido que sonó doloroso, el cuello de Heitz se torció en la dirección equivocada y su cabeza salió volando, salpicando sangre.❮14❯

«¡…!»

La pequeña pierna de la niña era demasiado fuerte para su tamaño. También tenía una marca en la mejilla derecha, donde estaba pegada una sonrisa burlona. Era un sello que parecía la mitad de un símbolo. Sin embargo, al examinarlo más de cerca, tenía una forma familiar.

Era la mitad del sello mágico con el diseño de un sol, que los antiguos siempre grababan en las reliquias—la marca de Dia.

Esto era lo que las «reliquias especiales» de las que hablaban los aventureros durante tanto tiempo eran en realidad—reliquias vivientes creadas a partir de la lujuria por el poder de los antiguos. Un recuerdo maligno que, irónicamente, termino por borrar a los antiguos de la faz de la tierra.

Un dios oscuro.

«Viena… ¡hay tantos humanos!»

Una pequeña voz más resonó en la cueva helada.

Otra niña asomó la cara por detrás del dios oscuro con cabello largo y dorado. Al igual que la niña que se llamaba Viena, tenía un pequeño núcleo de dios oscuro enterrado en la base del cuello. No, las dos tenían más que eso en común. Al igual que gemelas idénticas, compartían el mismo rostro, la misma altura y el mismo color de cabello, incluso la mitad de la marca de Dia grabada en sus mejillas. Solo se diferenciaban por la longitud del cabello, ya que la niña que se asomó por detrás tenía un corte recto que le llegaba a los hombros.

Jade se puso rígido ante las gemelas frente a ellos. «¿¡Hay… dos dioses oscuros?!»

Sin prestar atención a su preocupación, la pequeña diosa oscura de cabello largo llamada Viena sonrió. «Sí, hay un montón de humanos, Fiena. Son nuestras ofrendas.» Los labios de Viena siguieron moviéndose mientras extendía su regordeta mano infantil frente a ella. «Chant: Dia Morte.»

En ese momento, la luz blanca de una habilidad recorrió el núcleo del dios oscuro en la garganta de Viena. En el mismo instante, otra luz blanca la rodeó, grabando un círculo en forma de un sello mágico gigante. Partículas de luz convergieron alrededor de su pequeña mano, y un arma gigante apareció de la nada.

Era un gigantesco arco plateado de aproximadamente el doble de su altura.

Al igual que Alina, que podía invocar un martillo de guerra, y el dios oscuro Silha, que invocaba una lanza gigante, Viena había invocado una enorme arma propia con adornos plateados. El núcleo del dios oscuro en la base de su garganta brillaba con la luz de su habilidad.

«¡…!» Jade inmediatamente giró su gran escudo hacia ella y se preparó para la batalla.

Pero Viena no atacó de inmediato. En cambio, le dio un codazo a su compañera, Fiena, que todavía estaba escondida detrás de ella. «Tú también date prisa, Fiena.»

«¿Fiena lo hará tambien…?»

«Sí.»

La niña de pelo corto se adelantó tímidamente como Viena, pero en contraste con la confianza de su gemela, murmuró para activar su habilidad. « Chant: Dia Morte.»

Respondiendo a su entonación, un gran arco plateado igual al de Viena apareció de la nada. Los dos dioses oscuros habían activado la misma habilidad como si nada.

A Jade se le cortó la respiración. «¿¡E-ellas comparten… una habilidad?!»

Era de conocimiento común entre los aventureros que las habilidades eran talentos fundamentalmente individuales y que no había dos completamente iguales. Lo que acababan de presenciar estaba claramente fuera de lo común.

«Por supuesto, ya que somos dos en uno.» Viena resopló ante la sorpresa de Jade, hinchando el pecho con orgullo mientras se lamía los labios como una bestia hambrienta y miraba a todos los presentes. «Muy bien, ¿qué ofrenda deberíamos comer primero?»