Girumasu – Volumen 2 Capítulo 34

Capítulo 34

«…No funciono, ¿eh?» murmuró Jade, con una arruga formándose en su frente.

El momento de sus ataques era el más oportuno, pero el martillo de guerra debió haber ralentizado ligeramente después de destruir el cuerpo de Fiena, dándole a Viena una fracción de segundo para evadir… y a su gemela tiempo para regenerarse. Este movimiento de fuerza bruta probablemente habría funcionado en un oponente que no tuviera el atletismo de siguiente nivel de un dios oscuro. Silver Sword y Alina no podrían haberse enfrentado a un enemigo más duro.

«¿Estás bien, Jade?» Alina miró a Jade, que ya estaba empapado en sudor.

Aunque Jade sentía como su fuerza se desvanecía rápidamente por el efecto secundario del uso de múltiples habilidades, fingió estar bien y asintió. «Sí. Todavía puedo pelear.»

«¿Entonces qué fue eso? ¿Esa habilidad que usaste para repeler su flecha?»

«Era una habilidad compuesta.»

«¿Una habilidad compuesta…?» Alina nunca había escuchado ese término antes, y frunció el ceño.

«Es algo que acabo de desarrollar por mi cuenta. Al activar dos habilidades a la vez, puedes duplicar los efectos del Sigurth Well… creando Millia.»

Fundamentalmente, el poder defensivo que Sigurth Well podía conferir era fijo.

No importa cuántas veces se volviera a lanzar, los efectos no se acumularían, y existía un límite superior a cuánto se podría mejorar el poder defensivo. Entonces, normalmente, nunca podría resistir el poder de ataque de un golpe que superó el límite superior de sus defensas: una habilidad Dia.

Sin embargo, había una única técnica que les permitiría superar ese límite. Era un método solo disponible para Jade, que poseía múltiples habilidades y una resistencia excepcional: podía combinar la habilidad con otras habilidades para forzar una capa de los efectos de Sigurth Well

Se le había ocurrido la idea de usar Sigurth Blood para lograr esto.

Sigurth Blood obligaba a todas las habilidades dirigidas a sus aliados hacia él mismo.

Sin embargo, técnicamente hablando, dirigía todas las habilidades a su alrededor hacia él mismo incondicionalmente. Al aprovechar la característica especial de Sigurth Blood, podía apuntar los lanzamientos de Sigurth Well que había activado hacia sí mismo, permitiéndole acumular el Sigurth Well a pesar de que normalmente no se podía apilar. La idea era que cuantos más Sigurth Well se activaran a su alrededor, más se mejoraría su defensa, lo que le permitiría romper ese límite superior.

Jade había conceptualizado esa técnica temeraria hace bastante tiempo, y cuando la probó en ese entonces, no duró ni un segundo. Después de desmayarse, terminó postrado en cama durante aproximadamente una semana.

«Probé un montón de cosas, pero solo puedo mantener la consciencia para cuatro Sigurth Well… ¡pero eso es suficiente para contrarrestar una habilidad Dia…!»

Era un método de fuerza bruta para amplificar su defensa, por así decirlo, que aprovechaba su alta resistencia. Pero ahora, incluso Jade tenía el poder de enfrentarse a un dios oscuro. Ya no era el patético tanque que había sido en la última batalla con Silha, cuando lo había dejado todo en manos de Alina.

Soltando un suspiro y animándose, Jade desenvainó la espada larga que colgaba de su cintura. «…Una vez más, Alina.»

«¿Huh?»

«Ahora sabemos que es realmente imposible para ti derrotar a ambas al mismo tiempo por tu cuenta. Esta vez, yo atraparé a Viena. Las eliminaremos al mismo tiempo, juntas.»

«¿Tú…?»

«A mi señal, los dos saltaremos a la acción.»

Jade no iba a explicar los detalles ya que una sensación de letargo se apoderaba de él mientras permanecían allí de pie. Había realizado su «entrenamiento especial» varias veces, por lo que sabía cuánto tiempo podía seguir usando varias habilidades a la vez antes de perder el conocimiento, y no era mucho más. Quería terminar con esto antes de desfallecer por el efecto secundario del uso excesivo de habilidades.

«…Bien.» Alina debió haberse dado cuenta de lo que Jade estaba tratando de hacer, porque asintió con la cabeza sin hacer preguntas.

Luego volvieron a mirar a su objetivo una vez más y ambas salieron disparadas prácticamente en el mismo momento.

«¡Woooow, mister! ¡Estoy impresionada de cómo bloqueaste mis flechas con una habilidad inferior como esa!»

Cuando Jade se acercó a Viena, la pequeña diosa oscura fingió una sorpresa dramática, burlándose de él. Su confusión sobre Jade bloqueando su ataque había disminuido rápidamente; finalmente, se dio cuenta de que con sus habilidades regenerativas, Jade y Alina no serían capaces de dañarla a ella ni a Fiena.

«¡Pero eso no es suficiente para ganar!» dijo Viena, colocando una flecha plateada y disparándola contra Jade. Jade saltó bruscamente hacia la derecha para evadirla y se movió audazmente al frente. Cuando siguió otra flecha, se agachó para esquivarla, dando otro paso hacia adelante. Luego repelió la tercera flecha con su escudo, acercándose cada vez más a su objetivo.

Continuando con su avance, dio un gran paso al alcance de la espada.

Al instante, Jade deshizo Millia, luego empujó su escudo contra Viena, bloqueando su línea de visión.

«¡…..?!»

A cambio de deshacer la habilidad en su escudo, tensó el brazo derecho y apretó con fuerza su espada.

«¡Converger! ¡Implementar!»

Las luces rojas dispersas fueron arrastradas hacia Jade, envolviéndose instantáneamente alrededor de su espada.

Su espada, cubierta con muchos Muros Sigurth, estaba teñida de carmesí. En ese mismo instante, empezó a sudar de pies a cabeza. Era como si su cuerpo gritara de agonía por la activación continua de la habilidad. Sintiendo su corazón latir con tanta violencia que estallaría, Jade miró a Alina. Esa era su señal. Alina captó eso, y sus ojos se encontraron; ella había estado esperando su momento, así que corrió directamente al alcance de Fiena.

«¡Millia!» Jade sacó su espada, reforzada por muchas capas de mejoras defensivas, y la punta de su hoja roja sangre brillante atravesó profundamente la garganta de Viena, núcleo y todo.

«Ngh… ¿ah?!» Viena abrió los ojos en estado de shock al ver que su núcleo era fácilmente perforado no por un arma de habilidad Dia sino por una simple espada larga.

La espada de Jade estaba reforzada con capas de mejoras defensivas de Millia; en otras palabras, su dureza física había aumentado hasta el punto en que era menos una hoja y más una barra de hierro. Pero la dureza increíble era un arma por derecho propio. Después de repeler las flechas de la diosa oscura, Jade estaba seguro de que su espada mejorada por Millia podría perforar el núcleo divino.

«¡Kuh…! »

Pero Jade recibió un contragolpe aún mayor del que había anticipado al activar una habilidad compuesta por segunda vez. Todo su cuerpo gimió y se tambaleó sobre sus pies por un momento. Pero de alguna manera, se mantuvo erguido, sacando su espada y alejándose de Viena.

«¿Ah… ah…? »

Con una gran grieta en el medio núcleo de su cuello, Viena retrocedió un paso, dos. Ni su herida de aspecto doloroso ni su núcleo, ahora bifurcado, comenzaron a regenerarse. Jade miró hacia un lado y vio que Alina había destrozado el núcleo de Fiena, y su cara, con su martillo de guerra.

«¡Funcionó…!»

A juzgar por cómo los poderes regenerativos del dúo de diosas oscuras no funcionaban, parecía que Jade había logrado romper el núcleo al mismo tiempo que Alina.

Estaba agradecido de que tuviera un sentido tan excelente para el combate y la ejecución de tácticas, a pesar de ser solo una recepcionista. Logro sincronizar fácilmente su ataque con el mismo momento que Jade; eso no era algo que normalmente se pudiera hacer en el acto. Sus talentos realmente se desperdiciaban en el trabajo de oficina.

Sin embargo, ahora luego de bloquear por completo los poderes regenerativos de las diosas oscuras. Inusualmente seguro de su victoria, Jade se relajó un poco.

Fue entonces cuando sucedió.

«¡Demasiado Leeeeeeento! ♪ »

Una flecha plateada voló directamente hacia la cara de Jade.

«¡?!»

Iba a golpearlo, pero mientras él se quedaba allí congelado por el horror, la flecha fue desviada, justo frente a él. Alina lo había salvado.

«Espera un minuto. Sé que atacamos simultáneamente…» Alina sonaba un poco tensa mientras se acercaba a Jade. Observaba a Fiena regenerarse ante sus ojos mientras Viena, habiendo reparado el daño a su núcleo, sonreía con compostura.

«Eso es taaaaan increíble, mister. ¡Sabía que un chico lindo como tú sería diferente!»

«¿¡Qué…?»

La vista dejó a Jade en shock. No había duda de que él y Alina habían atacado al mismo tiempo.

«¿¡Los ataques simultáneos no funcionan…?!»

¿Por qué? Jade estaba confundido. Juraba que habían conseguido ambos núcleos. Ambas diosas oscuras deberían haber muerto, pero de alguna manera aún eran capaces de usar su habilidad regenerativa.

«Pero ya sabes… realmente duele que te apalee un engendro de bajo nivel, incluso si es lindo.» Viena estaba murmurando algo. «Es humillante, ¿no? Es humillante…»

Un momento después, Viena volvió sus ojos hacia Aiden. «Dame una ofrenda… Más poder… ¡Dame una técnica!» Tensó su arco hacia Aiden como si estuviera desquitando sus frustraciones con él.

Al darse cuenta de eso con un jadeo, Jade corrió hacia Aiden. Desenvainó su espada y desvió la flecha con un ruido ensordecedor, pero no se había preparado adecuadamente primero, por lo que terminó siendo arrojado hacia atrás al duro suelo de piedra. Prácticamente rodando, Jade le gritó a Lowe «¡Lleva a Aiden arriba! ¡Está en el camino!»

«¡…!»

Aiden comenzó a decir algo por reflejo cuando Jade gritó eso. Pero la expresión de Aiden se volvió dura de inmediato y cerró la boca. Su mirada vagó por un rato, luego aterrizó en los cuerpos de sus aliados.

Al final, no pudo pronunciar palabra alguna, así que simplemente bajó la cabeza débilmente. Ahora que Aiden se daba cuenta de la verdadera naturaleza aquello que tanto estuvo buscando, el lado oculto de los aliados en los que había creído y la inutilidad del plan en el que deposito sus últimas esperanzas, estaba destrozado.

«…¿Estás seguro, líder?» preguntó Lowe para confirmar, por si acaso.

Silver Sword perdería a su mago negro si se llevara a Aiden arriba.

«Si las diosas oscuras salen, Lowe… contaré contigo,» respondió Jade en lugar de una respuesta. No iba a tratar a Lowe como una carga, pero era un hecho que si alguien iba a dejar la primera línea, Lowe, que no tenía movimientos efectivos contra los dioses oscuros, era la mejor opción.

«…Tampoco sé si podré derrotarlas con mis habilidades. Bueno, si eso sucede, déjamelo a mí.» Y con esa muestra de coraje, Lowe se colgó a Aiden al hombro y subió las escaleras.

«¡Ahh! ¡La ofrenda se escapó!» La cara de Viena se puso roja mientras pataleaba de frustración. «¡Estoy enojada ahora…! ¡Fiena…!» Enojada por cómo nada había ido a su manera, Viena le gritó bruscamente a su contraparte.

Fiena se acercó a su gemela como se le ordenó, con los pies tocando el suelo de piedra. Un momento después, Viena estaba clavándole sin piedad las uñas en la garganta, sacando el pequeño núcleo divino que permanecía incrustado allí.

«¿¡Qué—?! ¿¡Qué es ella…?!»

Sin su núcleo divino, el cuerpo de Fiena se desmoronó y se desvaneció. Viena ni siquiera se detuvo a ver morir a su gemela, su rostro retorcido por la rabia mientras se tragaba el núcleo divino robado. «Tú… me desesperas…» La voz baja de la niña resonó inquietantemente en la cueva.

«¡Muere… muere… muere…!» murmuró Viena en voz baja mientras su cuerpo comenzaba a hincharse.

«¡¿?! »

Su linda carita y manos se inflaron ante sus ojos, perdiendo todo rastro de infantilidad. Jade se puso rígido ante la extraña vista; no podía entender lo que estaba sucediendo frente a ellos.

«… ¿Qué…? »

Finalmente, apareció una mujer con cabello dorado brillante.

Pero era aproximadamente el doble de alta que un humano normal, lo suficientemente grande como para que el gran arco plateado que las niñas llevaba hasta ahora pareciera pequeño en sus manos. No tenía expresión, con ojos vacíos y la mandíbula flácida. Y en su cuello, un núcleo gigante incluso más grande que el de Silha brillaba con un extraño brillo negro.

Hubo un zumbido cuando una fuerte ráfaga pasó por la oreja de Jade.

«Huh… ¿?» Un ruido que sonaba a tonto se le escapó de la boca.

Eso no había sido el viento. Era una de las flechas plateadas de la gigante.

Pasó un latido.

Luego, un crujido violento resonó en el área rocosa cerca de Jade. Era el sonido de la flecha golpeando las rocas y cavando profundamente. El proyectil plateado no pudo soportar la velocidad con la que había sido disparado y se deshizo.

Jade contuvo la respiración mientras observaba esto por el rabillo del ojo.

No fue capaz de verlo.

No pudo dar ni un solo paso.

Ni siquiera sintio su presencia.

Fue mera coincidencia que la flecha perforara la tierra en lugar de su cabeza.

«Yo soy Vilfina…» murmuró la gigante con lentitud. Pero se movió con precisión, y luego apuntó otra punta de sus flechas a Alina y dijo en voz baja:

«Muere.»