Capítulo 35

Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Alina.

La flecha disparada por la mujer gigante que se hacía llamar Vilfina emitió un feroz chillido mientras desgarraba el aire a su alrededor. Era tan rápido que se dirigía hacia Alina en línea recta en lugar de un arco.

«¡—»

La mente de Alina se quedó en blanco por un instante ante la tremenda velocidad de la flecha, pero se obligó a salir de ella y levantó su martillo de guerra prácticamente por reflejo para defenderse. La puntería de la flecha plateada fue certera y golpeó su arma.

Y luego sonó un débil silbido.

«¿¡Huh…?! »

Los ojos de Alina se abrieron horrorizados mientras contemplaba la vision frente a ella.

Momentos antes, había repelido las flechas de las diosas oscuras con facilidad. Pero ahora, la flecha de Vilfina se clavó en su arma en un abrir y cerrar de ojos…

La flecha destruyo su martillo de guerra.

Y la brutal flecha no se detuvo allí, su trayectoria cambió ligeramente para clavarse en el costado de Alina.

«¡—!»

Un dolor punzante se apoderó de todo su cuerpo.

Mientras su campo de visión se estrechaba, los restos de su martillo de guerra plateado estallaron en partículas plateadas y se dispersaron. Alina nunca presencio algo así antes, y eso provoco que sus pensamientos se detuvieran bruscamente.

La arrojaron hacia atrás y la rodaron por el suelo.

«K-kah…»

Solo le clavaron una flecha en el costado, pero todo su cuerpo estaba destrozado por un inmenso dolor. Le dolía tanto que sentía que se iba a desmayar.

Sus pensamientos se arremolinaron mientras la mujer que se había hecho llamar Vilfina se acercaba pesadamente hacia ella, sosteniendo una nueva flecha en su mano.

«Yo soy Vilfina… Muere… Yo soy Vilfina…» murmuró mientras levantaba una vez mas la flecha plateada sobre la recepcionista caída.