Capítulo 20
El ambiente en el carruaje era sombrío.
«Fui descubierta… fui descubierta… fui descubierta…» murmuró Alina como un conjuro, enterrando su rostro en sus rodillas mientras estaba en el borde del asiento. Estaba totalmente absorta en su propia miseria.
El maestro del gremio había organizado muy cortésmente un carruaje para recogerla. Estaba esperando en un callejón trasero a poca distancia de Iffole Counter, donde la gente no la vería. A Alina le habría gustado más morir que subirse, pero no le quedaba elección ya que su identidad había sido expuesta.
Tomó su descanso de la tarde, luego salió de Iffole en el carruaje rumbo a la sede del Gremio de Aventureros, que estaba fuera de los límites de la ciudad. En circunstancias normales, ser recogida en un carruaje seria lujoso, pero en este momento, Alina se sentía como una prisionera condenada a muerte o una vaca de camino al matadero.
Me descubrieron, me descubrieron, me descubrieron. Pensé que eventualmente me descubrirían, pero ahora realmente sucedió…
Despedida. Esa palabra giraba en su cabeza.
Había sido tan estúpida que podía reír, aunque no había absolutamente nada gracioso en la situación.
Las cosas no estaban bien en absoluto esta vez. No estaba tratando con alguien como Jade, a quien solo necesitaba amenazar para que las cosas funcionaran de alguna manera. Si usaba las mismas tácticas con el maestro del gremio, sería peor que despedida. Básicamente estaría despidiéndose de su vida.
«Vamos, no te pongas tan mal, Alina.»
Ese comentario no era reconfortante en lo más mínimo. Alina miró con furia al hombre a su lado, Jade Scrade, y golpeó su mano cuando intentó aprovechar la confusión para alcanzarla y frotarle la espalda.
Jade viajaba en el carruaje que la recogió. Sentados frente a él estaban otros dos aventureros.
Una era una chica de baja estatura con un corte de pelo bob que llevaba una vara larga, y el otro era un mago alto y delgado con una túnica negra. Alina los conocía a ambos.
Lululee Ashford y Lowe Losblender, famosos aventureros de primera clase con poderosas habilidades Sigrus. También eran miembros de Silver Sword. Esta alineación sugería que el gremio estaba dispuesto a usar la fuerza para evitar que se escapara hasta llegar a la sede del gremio.
«Anímate, Alina», dijo Jade. «El maestro del gremio no te va a devorar ni nada por el estilo.»
«No me hables, soplón.»
«Oye, no le conté a nadie. Créeme al menos en eso.»
«Cállate… A quién le importa… Te odio. Golpéate la cabeza en una esquina de un baño y muérete.» Alina estaba desquitándose con la persona equivocada.
«¿Eh…?» Jade preguntó, con los labios temblando mientras llevaba una expresión que parecía haber sido alcanzado por un rayo. «Tú… me… o…di…as…?» Tan pálido como la muerte, se encorvó y rodeó sus rodillas con los brazos, al igual que Alina. «Aunque me llamaste estúpido y me dijiste que muriera y me perdiera, el hecho de que no me hayas dicho que me odias era mi única gracia salvadora…»
«¡Jade, probablemente te odiaba desde el princi—mmm!» La sanadora, Lululee, intentó hacer una observación bastante astuta, pero el mago negro Lowe le tapó apresuradamente la boca.
«El hombre está lo suficientemente desconsolado solo miralo, Lulu. No lo remates.»
«Quiero decir, es la verdad.»
«Un hombre enamorado es algo delicado.»
«¿Jade está enamorado…? ¿Jade, el tipo que ni siquiera mira a las chicas bonitas que se le acercan? Quiero animarlo, pero enserio no tiene ninguna posibilidad, ¡así que—mmm!»
«Lulu.»
«Tiene que aceptar la realidad.»
«Así que hay una mujer por ahí que no tiene ojos para Jade. Me sorprende.»
La chica con el corte de pelo bob y el mago negro pelirrojo susurraron entre ellos mientras Jade estaba sentado en la esquina, despechado. Echar un vistazo al despreocupado equipo de Silver Sword la hizo querer preguntar, ¿son conscientes de que en este momento están a punto de poner fin a mi vida como recepcionista? Alina golpeó la ventana del carruaje con un suspiro pesado.
«Pero, aun asi, ¿podría una linda chica como tú ser realmente el Verdugo?» Lowe se inclinó hacia adelante como si no pudiera contenerse más. «¿Eres tú quien derrotó al Dragón de Hellflame y destruyó al Golem de Arcilla de un solo golpe? ¿En serio? Solo pareces una recepcionista para mí…»
«Lo aprenderás bastante pronto», murmuró Jade, pero Lowe aún no parecía convencido, inclinando la cabeza.
«…Pero si Alina es el Verdugo, debe querer ser recepcionista de verdad, ¿no?» interrumpió Lululee con desaprobación. «Seguro, ella puede ser fuerte, pero ¿no es cruel forzarla a ser aventurera?» señaló.
«Estoy de acuerdo.» Lowe asintió profundamente. «Cualquier hombre que obliga a una chica a hacer algo que no quiere es una vergüenza, y además, un grupo formado por la fuerza obviamente se desmoronaría de inmediato desde el principio. Ademas sería incómodo para nosotros.»
«Oye, ¿Jade? Nos rescató cuando luchamos contra el Dragón Hellflame y también salvó a Iffole del Golem de Arcilla. Creo que el maestro del gremio sería el último en recompensarla de esta manera… Seguro que has escuchado algo, ¿verdad, Jade? ¡Sé amable y escúpelo!»
«…Es un secreto», fue todo lo que dijo antes de quedarse en silencio.